+ SATO

 

SATO

 

'' En la ciudad abandonada

de las puertas mágicas, galaxia Delta 27 ''

Anami

 

 

Me llamo Sato y tengo un año de edad. Soy una tortuga mágica, hijo de Satori y Daya, un dios león y una tortuga. Ellos son reyes en mi galaxia. Y yo, como príncipe de este reino, he sido destinado a ser un mago del palacio, pero yo tengo otros planes, quiero explorar TODAS las galaxias. 

 

Desde aquí es donde inicio mi aventura de vida.

 

Ahora mismo me encuentro caminando por mi planeta natal, Omega, con el sol anaranjado observándome a lo lejos y me temo, que mi curiosidad se ha vuelto rebelde, me he escapado de casa sin decirle nada a Daya, espero mi madre sepa perdonar mis ganas de ver el mundo. Estoy de camino a una ciudad de la que he oído hablar mucho, los vestigios de una gran civilización ahora desértica, se entremezclan con el bosque de almendros más hermosos que puedas ver en la vida, le llaman, la ciudad abandonada de las Puertas mágicas. No se cómo es, no se qué son esas puertas, sólo se que se oye como un lugar interesante para vivir mi primera aventura. 

 

Mi amigo Chitae está un tanto asustado pero lo he logrado convencer, sobornándolo con un regalo al volver de nuestra primera aventura, mi tesoro más preciado: un baúl entero lleno de las frutas más jugosas y dulces de las 27 galaxias, regalo del mismísimo Dios Satori, mi padre, que me ha traído de sus viajes, en planetas extraordinarios y raramente hermosos. Siempre atento, parece recordarme a cada paso que da y no me disgusta en lo absoluto.

 

Árbol 1: El Árbol Portal

 

Cuando entramos en la gran ciudad no podíamos creer lo que veíamos. Chitae y yo imaginábamos escombros, trozos de árboles amontonados, y arena por doquier y tal vez una que otra flor, pero ese lugar, mantenía su esencia mágica aún, el puente para llegar a él permanecía intacto como si todavía vivieran seres allí. El bosque a su alrededor permanecía protegiendo la ciudad y las plantas parecían no querer entrar a molestar, los colores se amontonaban y se combinaban creando jardines de ensueño. Los caminos de piedras grises parecían recién construidos, las casitas y los edificios con forma espiral, recién pintados y largas cascadas de plantas decoraban cada esquina de los inmensos edificios. No sólo eso, unas perfectas y luminosas farolas daban un aire acogedor a toda la ciudad.

 

_¡ No esta abandonada !_ Le dije a Chitae un tanto confundido. Primero, era imposible que aquella ciudad hubiera sido dejada de lado, su belleza invitaba a vivir allí toda la vida o más y Segundo, ¿ Cómo es qué todo estaba tan PERFECTO ?

     

_¿ Tal vez nos hemos equivocado de camino ?, yo creo que muchas personas viven aquí, ahora mismo.

   

_No, no, el mapa no puede mentir, mi madre lo creó y muchos viajeros los han usado sin una pizca de queja_Chitae me lo dijo un tanto extrañado también y mirándolo de nuevo, la luz indicaba que habíamos llegado a nuestro destino, y la voz ya no decía: cruce a la derecha; esta en sentido contrario; cuidado con ese gato, es un gato sagrado, no lo toquen. Este extraño mapa tenía el humor y la voz de su madre, y aunque a Chitae no le gustaba a mi me parecía bastante entretenido. Además su madre le había incluido algunas indicaciones sólo, y exclusivamente para su hijo:'' no te acerques a ese acantilado Chitae, te puedes caer, aún no sabes volar ''.Yo me reía disimuladamente y me sentí muy feliz de que ella nos ayudara en nuestra travesura, aunque fuera un tanto '' peligrosa ''. Tal vez le animó la idea de que la ciudad a la que íbamos estaba abandonada y por ello no hablaríamos con extraños o algún ser mixto._Además, llevamos ya una hora caminando y no hemos visto a nadie,¿ Dónde están entonces ?.

   

_¿ Se han ido de fiesta ?_dije sin pensar mucho en la validez de mi argumento.

   

Nos reímos juntos.

   

_Puede ser_

   

_Da igual si hemos llegado o no, lo importante es pasárnoslo bien._ dije muy seguro de mis palabras. 

   

Después de las casas y el bosque se encontraba un montículo con el árbol más grande de nuestro planeta, yo y Chitae éramos aún muy pequeños, medíamos un metro aproximadamente, así que nos pareció el triple de grande y nos quedamos sorprendidos observándolo por un par de minutos. Alrededor del árbol se encontraban 7 puertas casi del tamaño del gran árbol. Sostenidas por 7 estatuas con forma humana de color gris. Las puertas de formas y tamaños diferentes también eran de color gris, como si hubieran sido despojadas de vida, '' abandonadas ''.

 

_¡ Aquí están las puertas, todo indica que sí estamos en la ciudad abandonada de los Puertas mágicas !

_Tras pronunciar estas palabras le di un golpecito con mi aleta a Chitae para animarlo. Él me respondió con una gran sonrisa de nube mágica.

   

Ya estaba anocheciendo, nuestra lentitud no tenía rivales, pero gracias a ello, estábamos apreciando el hermoso

atardecer de los tres soles de nuestra galaxia. Subimos el montículo lentos pero sin pausa,Chitae y yo, aunque fuéramos de especies totalmente diferentes, íbamos al mismo ritmo, y nos lo pasábamos muy bien juntos, como si fuéramos hermanos, una conexión especial que se había forjado desde nuestra nacimiento.

    

Entonces llegamos al centro de la ciudad, el árbol mágico pareció resonar al sentir nuestra llegada, como si nos saludara.

   

_¿ Has oído eso ?_Le pregunté a Chitae.

 

 _No, ¿ el qué ?_Su respuesta me hizo pensar que sólo era mi imaginación, la cual parecía ser sin límites en muchas

ocasiones.

   

Mi padre Satori el Dios protector de llaves mágicas, me había contado de esta ciudad. Había trabajado en ella unos

2000 años, dándole una llave a todo el que pasara una serie de pruebas, como si de un maestro se tratara, millones de seres de toda clase de planetas habían sido sus alumnos. Y dependiendo del resultado de las pruebas los participantes

iban a una o a otra puerta. Sus historias de viajes y aventuras me fascinaban y su tiempo en esta ciudad quedó en el olvido cuando empezó a ir a otros planetas con el mismo fin. Nunca me contó por qué quedó desértica la ciudad y yo intuí que ni él mismo lo sabía. Sólo corrían rumores de una alma carmesí que pasó la prueba de todas las puertas, pero mi padre Satori decía que eso era imposible, pues sólo los de alma pura eran aceptados por las puertas.

 

 Era un misterio y me daba curiosidad saber la historia exacta. Pero por el momento me conformaba con verlas más

de cerca. 

 

 Pasé cerca de cada una de las puertas, imaginando que mi padre había trabajado allí y noté que al pasar mi caparazón brillaba y ellas también, como si aún albergaran vida.

   

_¡ Están brillando !_Le dije a Chitae emocionado.

 

_Sí, tal vez estás conectado a ellas de algún modo_ Chitae era una nube, y parecía tener dos partes, cuando estaba lleno de agua y cuando la soltaba. Yo sentía que cuando tenía su agua acumulada, nada salía de él, pues era silencioso, tranquilo e inocente; Pero cuando soltaba su magia, sus palabras estaban cargadas de sabiduría y de una verdad que, muy a menudo, me tomaba por sorpresa. Había aprendido que en esas ocasiones debía escuchar atento sus palabras.

   

Entonces una voz interrumpió mi reflexión.

   

_¡ Sato, hijo de Satori !_El árbol mágico me habló y

acto seguido se iluminó de pies a cabeza con un verde

sumamente hermoso_¡ Te hemos estado esperando !.

   

_¿ A mí ?_Dije en mi inseguridad.

   

_¡ Sí, a ti !._Continuó hablando el gran árbol, con una voz profunda._Me llamo El árbol Portal, soy un árbol mágico,

protejo estas puertas y llevamos cien años esperando tú llegada.

   

_¿ Por qué a mí ?_Miré a mi amigo en busca de respuestas.

   

_Tu padre_ me susurro Chitae, al oído_Tiene algo que ver con todo esto, seguro.

   

_Satori_Continuó hablando el árbol Portal_Nos dejó sus llaves, las siete últimas, pero yo como árbol no puedo crear la suficiente magia para activarlas, sólo un Dios puede hacerlo, La profecía dice que un Dios vendrá a nosotros, siento que eres tú...._El árbol dudo en hacer su última pregunta._¿ Tal vez quieras ayudarnos ?.

   

Mi caparazón empezó a brillar con una intensidad que nunca había visto en mi vida y mi sonrisa fue tal que mi amigo

se rió a carcajadas, por primera vez en todo el trayecto. Me encantaba la idea, no sabía que debía hacer pero, sin duda

alguna, todo ello me traería más y más aventuras, lo podía intuir. Y además tenía la ocasión de ayudar a aquel árbol y a

las puertas mágicas, olvidadas en aquella hermosa ciudad, carentes de motivo para existir.

   

_¡ Te ayudaré !_ Dije con el tono más alegre que había expresado en todo mi año de existencia.

   

_¡ GRACIAS DIOS SATO !_ dijo resonando en toda la ciudad._¡ DESPERTAD !_ su voz creo millones de mini luces amarillas que rozaron cada una de las siete puertas mágicas. Entonces empezaron a brillar con la fuerza de un

sol, cada una de un color diferente y un relajante tintineo de felicidad inundó la ciudad olvidada de las puertas mágicas.

_Tu misión consiste en crearnos un hogar cerca de un árbol mágico.

   

Pude oír como se despertaban, bostezaban y se reían, y finalmente susurraban,

   

_¡ Gracias Dios Sato !_

   

Mis sentimientos se entremezclaban, como cuando quieres llorar de alegría pero lo contienes. Entonces una idea

surgió de mi alma, una idea que cambiaría el curso de la historia, mía y de todos los que entraran en contacto con las

puertas mágicas. Mi misión era conseguirle un hogar a las puertas, que se encontraban abandonadas en aquel hermoso lugar. Cada puerta necesitaba un lugar mágico para tener magia suficiente y finalmente funcionar, también necesitaban una llave, unas pruebas y un dios que custodiara todo el proceso. Yo quería viajar y era un Dios mágico. Solo debía mezclar bien todo, como cuando haces un shake, añadir las frutas, los granos, los ingredientes verdes y batir bien para crear un sabor exquisito en tu nuevo batido.

   

_¡ Tengo una idea !_ dije entusiasmado y el árbol se sintió muy feliz al escúchame tan animado._¿ El hogar de estas 7 puertas mágicas puede ser mi caparazón ?_ Debía preguntar, pues la magia tiene sus reglas pero la verdad, aunque pareciera extraño y viendo el tamaño tan grande del árbol y las puertas, yo sentía que mi caparazón era fuerte y cada día crecía más y más, confiaba totalmente en él. Mi madre era de tamaño medio y media más que la ciudad que estábamos pisando. Mi padre Satori era un Dios con forma de león y era de un kilómetro de largo y medio de alto, no sentía que el tamaño fuera un problema, ni el peso de dichas puertas.

   

_Eres muy pequeño aún, pero podría fusionar si creces un poco más, tengo el poder de reducir mi tamaño, también,

pero hasta un límite, se que tu padre era un Dios de tamaño muy grande así que no dudo en que crecerás más rápido de lo que imaginas._ El árbol Portal hizo una larga pausa, pensativo, reflexivo y yo aproveché para mirar a mi amigo Chitae, que también parecía emocionado con todo lo que estaba sucediendo, le piqué un ojo al ver que me miraba._ Llevamos tanto tiempo en esta ciudad, ya es hora de movernos un poco._ Mi plan no era movernos un poco, sino recorrer hasta los confines más inhóspitos de las 27 galaxias y más allá, pero me limité a asentir con la cabeza pues para los árboles, los cambios debían ser lentos y medidos y más para un árbol de 10.000 años._¿ Y cómo haremos con las llaves ?_ Me preguntó.

   

_¡ Las crearé yo !. Mi padre sabe cómo hacerlas, así que le preguntaré._Hacer un proyecto, crear una idea, imaginar un

nuevo mundo, eran asuntos de muchos años, pero me sorprendí al comprobar que las palabras surgían de mi, los

detalles se aclaraban fácil en mi cabeza, era evidente que estaba destinado a ello, incluso antes de mi nacimiento, como cuando naces con un talento, que no te cuesta nada expresarlo y sientes una increíble emoción que se instala en todo tu cuerpo.

   

_¡ Sí, Buena idea !, él es el mejor maestro que hemos tenido, no dudo en que pueda transmitirte todo su

conocimiento._ dijo sabiamente y de nuevo la ciudad se llenó de pequeñas luces, como si estuviera llena de felicidad. Él

árbol mágico parecía expresar sus sentimientos llenándose de luz y esparciéndola a su alrededor, contagiando inevitablemente a las puertas.

   

_¡ Síii !_Un coro de puertas felicitaban la conclusión de la idea.

   

_Necesitamos que aprendas esa habilidad pronto, cuando la hayas adquirido y tu caparazón sea el doble de grande ven a vernos, estaremos preparados para nuestro viaje, una nueva vida, junto a ti, querido Dios Sato._dijo el árbol Portal más feliz que nunca.

 


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